sábado, 3 de diciembre de 2011

Cuestión de valor

Una de las piedras angulares de la competitividad es la creación de valor añadido. Pero ¿cómo se crea valor añadido? En esencia, se trata de una característica diferenciadora del resto de productos o servicios del mercado que logran una mayor satisfacción del cliente. Ejemplos de valor añadido los hay, evidentes como ofrecer gratis algún servicio lateral, y difíciles de detectar como evitar costes ocultos. La creación de valor añadido está ligada a la innovación, entendida como proceso de análisis de necesidades pendientes y soluciones.

Básicamente, se podría entender como una característica de un producto o servicio que le otorga un mayor valor comercial. Así, el valor añadido estaría estrechamente ligado a la diferenciación, la originalidad o la innovación. En definitiva, que un determinado producto o servicio aporte algo más que los de sus competidores. Este concepto es muy importante en el momento de poner en marcha un negocio. El diseño, por ejemplo, es un factor claro de valor añadido, sobre todo si aporta al producto una mayor funcionalidad, facilidad y agilidad respecto a sus competidores. Una de las más importantes variaciones de valor añadido, y la más difícil de detectar, es evitar los costes ocultos que se derivan para el cliente de la adquisición de un producto o servicio concreto. (Artículo completo)

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