Parece ser que los gritos de auxilio del pequeño comercio de estos
últimos años empiezan a atenderse y se ponen en marcha diferentes
iniciativas para defenderlo, reforzarlo y potenciarlo. La primera es la
eliminación de las trabas administrativas para la apertura de
establecimientos, pero paralelamente se están discutiendo en serio
medidas sobre horarios y se plantean nuevas líneas de financiación
asequible. El trasfondo de todas estas medidas es ayudar a un sector que
incrementó considerablemente su caída de ventas en este último
ejercicio, y que prevé que la tendencia no se está invirtiendo en lo que
llevamos de año.
Se ha establecido para la apertura de
establecimientos de menos de 300 metros cuadrados la denominada autolicencia "exprés", que es prácticamente inmediata. Las trabas
administrativas y la lentitud de la concesión de licencias provocan, entre otros graves problemas, la pérdida de la oportunidad en el momento
de la creación del negocio y la inmovilización de inversiones sin
retorno durante períodos de entre 6 y 18 meses. El sector tiene abiertos
otros frentes como horarios de apertura y la consecución de
financiación asequible para pymes. Por una parte, la última reforma laboral ofrece,
según afirma el gobierno, un reparto de la jornada de trabajo más flexible que
permite adecuar mejor los horarios a las necesidades de los negocios, y por otra parte, el ICO diseñará y ofrecerá líneas de crédito específicas. (Artículo completo)
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