El desplome del mercado inmobiliario y el parón de la construcción fueron los principales causantes de la actual crisis, y su parálisis es uno de los factores decisivos para que la economía no acabe mejorar. Este sector emplea a un numerosísimo ejército de vendedores y personal comercial y lucha denodadamente por reactivarse a pesar de que las noticias no son halagüeñas, con continuos recortes de precios que no acaban de servir para su despegue definitivo.
El sector maneja una serie de medidas para que el mercado inmobiliario vuelva a ser un protagonista positivo. Para sanear la precaria situación del ladrillo, se propone reconvertir al mercado de alquiler una gran parte de las viviendas en stock. En la actualidad, el alquiler tan sólo supone un 17% del total del parque inmobiliario mientras que en países como Alemania llega hasta el 40%. La potenciación de una figura como el alquiler con opción de compra también se considera primordial. Otra medida reactivadora que se comtempla es la colocación de parte del stock de viviendas a ciudadanos extranjeros, sobre todo jubilados de la zona de la Unión Europea. En el terreno fiscal, el mercado inmobiliario considera fundamental la vuelta de la deducción por vivienda argumentando que sin esa ayuda es muy difícil la reactivación de las ventas. (Artículo completo)
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