El control de las diferentes variables que inciden en la decisión de compra de los clientes se está afinando cada vez más. Los expertos en este ámbito en supermercados y centros comerciales en general aprovechan tanto la psicología de los clientes como la influencia de la ubicación de los productos para, por un lado, vender más, y por otro lado, vender los productos que más les interesan, normalmente los que tienen un mayor margen comercial. Estas estrategias Incluso influyen sobre la percepción sensorial de los clientes para mejor sus ratios comerciales e incluso para controlar los tiempos de compra según las necesidades.
Aprovecharse de la psicología del cliente es una de las tácticas más comunes, como la de disponer sólo de enormes carros para llevar la compra. Al final, aunque sólo se quiera comprar dos cosas, siempre acaba cayendo al carro algo más. Además, éstos se desvian a la izquierda, por lo que se sujetan con la mano izquierda dejando libre la derecha para coger cómodamente los productos. Además, los precios nunca son redondos para parecer más económicos y dificultar su comparación. Los supermercados también ubican los productos más caros a la altura de los ojos, ya estar en esa posición puede incrementar sus ventas hasta en un 80%. La percepción visual de los alimentos perecederos en los supermercados suele estar remarcada por luces fluorescentes que aumentan la sensación de frescura. (Artículo completo).
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