Este artículo publicado en Clubdelvendedor.com analiza, partiendo de lo particular a lo general, cómo los acontecimientos acaecidos por las intoxicaciones alimentarias en Alemania y que apuntaban a una supuesta contaminación bacteriana en pepinos producidos en Andalucía han puesto de manifiesto la primordial importancia de la comunicación en los mercados globales actuales y la fragilidad real de la conquista de mercados que se consideran consolidados. Un simple rumor, o una información inexacta sin la debida confirmación, puede acabar en una semana con largos años de acciones comerciales para introducirse en un mercado.
En primer lugar, por el desequilibrio del mensaje y del canal. Es imposible crear un mensaje de promoción de un producto que sea más interesante que una intoxicación que puede hasta causar la muerte. Por otra parte, no se puede difundir por tantos canales y tan preferentemente como ha aparecido la noticia de la intoxicación. Otro factor de desequilibrio es el estado emocional del cliente. Pensar que un producto puede causar la muerte no es la mejor disposición psicológica para recibir un mensaje positivo. Al final, serán los vendedores y las redes comerciales los principales perjudicados, que al contrario que los productores, no recibirán ningún tipo de compensaciones por la caída de ventas. En ningún caso, las ayudas serán para recuperar el nivel de ventas anterior a esta crisis. (Artículo completo)
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